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Viaje al mundo literario narrativo y poético de este escritor a través de toda su obra.



miércoles, 22 de febrero de 2012

MEMORIA Y OLVIDO IV

Los diversos tiempos y lenguajes que en la sociedad se manifiestan posibilitan que la memoria se edifique, que se contenga. “El olvido, en suma, es la fuerza viva de la memoria y el recuerdo es el producto de ésta” (Augé, 1998:28). Pero para mantenerla es necesario comunicarla de alguna forma. Si la memoria quiere perdurar, no caer en el olvido, requiere comunicarse para tener receptores que se interesen en perpetuar ciertos acontecimientos que permitan reconocerse en ellos. Crespo lo dice en su autobiografía cuando hace relación a este olvido en el tiempo y la memoria:

Y así como en un teatro se apagan suavemente las luces para cambiar el decorado, en mi recuerdo pasan y se suceden las voces, las presencias, las miradas y hasta se me confunden los olvidos (en este preciso instante no se me viene el nombre de unas flores color malva que no se abrían sino en octubre) pero sigue y prosigue en mi memoria el olor de esta casa donde una tarde vino a cerrar un negocio con mi abuelo un hombre alto, risueño y de maneras afables pero que a ratos, al hablar […]. (17)

Para P. Ricoeur  “El olvido posee un significado positivo en la medida en que el carácter de sido prevalece sobre el ya no en el significado vinculado a la idea de pasado. El carácter de sido convierte al olvido en el recurso inmemorial del trabajo del recuerdo” (1999:56), y con respecto a la evocación, a lo que comúnmente se llama rememoración o mero recuerdo, nos dice que “De la memoria que conserva o del recuerdo que permanece, pasamos a la memoria que evoca, al recuerdo que vuelve a hacerse presente” (57), por lo tanto, de acuerdo a los niveles de profundidad en el olvido, al pasar de lo profundo a lo manifiesto, nos encontraríamos con una serie de formas de olvido que pueden clasificarse entre el olvido pasivo y el activo, y en las que el grado de responsabilidad con respecto a querer saber/recordar nos ubica en diferentes contextos. P. Ricoeur, relaciona estos tipos de olvido con los acontecimientos vividos por los europeos en las guerras y genocidios; según este autor no podemos acordarnos de todo pues una memoria sin lagunas sería un peso insoportable. Por lo que “La posibilidad de contar algo de otra manera es fruto de esa actividad selectiva que integra el olvido activo en el trabajo del recuerdo” (59). P. Ricoeur incluye en sus teorías como factor determinante del problema de la memoria y el olvido, el tiempo y la historia y la significación que esta tiene con la humanidad, nos habla de conciencia histórica, por esto para él, “se trata de conciliar la memoria del olvido y la historia de la memoria del olvido” (60).