Bienvenidos

Viaje al mundo literario narrativo y poético de este escritor a través de toda su obra.



jueves, 12 de julio de 2012

MEMORIA Y OLVIDO V


P. Ricoeur expone que al recordar nos atenemos a un pasado producido y reproducido socialmente y, Crespo expresa en su texto, su deseo obligado a recordar y a sacar de su memoria la vida de sus primeros años:
Lo he recordado todo, no he perdonado nada, he sometido a todos los castigos la memoria para evocar una sombra y una oscura fragancia de rumores entre el tumulto de las rosaledas tocadas por esos vientos fantasmales que ciertas noches iban dejando en las cayenas un rojo que nadie les había sentido antes: oleoso y hondo, un rojo que se consumía en la misma fiebre en que padecían los crisantemos. Uno no comprendía. Pero algo iba empezando a comprenderse en uno cuando los espíritus escondidos en la música y la luz se soltaban y la angustia de los pájaros nocturnos se materializaba en esa hora profunda que fluía configurando un espacio virginal en que las cosas parecían esperar que nosotros les pusiéramos nombres y todo se quedaba en esa calma estremecida y de sabor oscuro en la que sólo un soplo de brisa separaba los sueños de la muerte (era como si la tierra fuera una frágil cáscara de huevo) y de las ansiedades que se iban liberando un dolor y desarraigo que habían trascendido para siempre las lindes en que podían recuperarse los recuerdos. (132)
     En ocasiones se percibe en su autobiografía una memoria involuntaria al leerle, como cuando se encuentran expresiones que cortan la idea central que está desarrollando, las que aísla con paréntesis para retomarlas después. En el flujo de la experiencia en los momentos vividos, Crespo se encuentra reunido con objetos particulares de su mundo exterior: plantas, árboles, frutas, figuras humanas, sombras, creando formas significativas:
Porque así sobrevenían esos anocheceres de la infancia en que las puertas de las sombras se abrían y se dejaban penetrar el mañana pero que ahora me resultan casi imperceptibles porque la pompa de esas horas se ha disuelto en el tiempo como el aire en el aire y es imposible verla a la pobre luz de la memoria. (58).
     En su narrativa, el acto autobiográfico le lleva a recordar y evocar el pasado, en el cual hay un intercambio de presencias y ausencias, de acciones que siempre plantean su regresión. Lo anterior es ilustrado mediante la alusión en todo el texto de revivir lo vivido:
Hace un poco de frío. No es sólo el de la brisa que viene desde los tamarindos. Es el frío de las horas. Es el frío de sentir que ni siquiera la historia de nuestra propia vida es aprehensible. Hay tardes como esta en que la línea única del tiempo se nos enreda entre las manos y entreteje esa urdimbre donde el pasado y el futuro (ambos deslumbradores, infinitos y ciegos) se agarran con un placer de tigres teniendo nuestra esperanza y nuestra vida por nudo del conflicto. (127)
     La función más constante de las evocaciones en Largo ha sido este día, es la de modificar el significado de los acontecimientos pasados, ya sea cargando de significados a lo que no lo tenía o sustituyéndola por otra nueva:
El mundo suelta una luz menos intensa para quien no recuerda tanto. Pero es posible que sean los miles de cosas y sucesos de los que no nos damos cuenta los que al ir proyectando su sombra en nuestra vida nos induzcan a verlo con esa húmeda luz de atardecer que a veces tiene. Es como si el recuerdo nos hiciera de aire: uno ve sin ser visto. (128)
     Gusdorf, en su artículo “Condiciones y límites de la autobiografía”, afirma que el problema en la autobiografía está en que,
la recapitulación de lo vivido pretende valer por lo vivido en sí, y sin embargo, no revela más que una figura imaginada, lejana ya y, sin duda alguna, incompleta, desnaturalizada además por el hecho de que el hombre que recuerda su pasado ha dejado de ser lo que era en ese pasado” (1991:13).

     Hablamos de nuestros recuerdos para evocarlos; y con Crespo esa es la función de su lenguaje, y de todo el sistema de convenciones que lo acompaña, lo cual le permite, a cada instante, reconstruir su pasado aunque este haciéndolo desde el presente para reconstruir su vida:
(me sorprende que me hayan rozado esas imágenes: las creía perdidas para siempre como esos sueños que si no se recuerdan cuando uno abre los ojos no se recuerdan nunca pero que en todo caso es preferible olvidarlos totalmente que recordarlos a medias). Todo se halla en sosiego. Es como si la sombra quisiera darme otro recuerdo para la larga ausencia que reinicio mañana. (237)

     Con Crespo debemos tener presente las palabras que llevan al uso de la memoria, entre ellas: recuerdos, evocaciones, añoranzas, revivir, olvido, entre otras, que se multiplican y vinculan de manera directa su autobiografía a la importancia de la memoria y el tiempo en toda la narración: “Me dio sed, me dio fiebre, me dio olvido” (199). Crespo tiene claro en su autobiografía el papel primordial que juega su memoria, de ahí que al escribir se manifieste tantas veces con un uso repetitivo de palabras arriba mencionadas y me gustaría, por ello, dejar algunas citas que las contienen: “Recuerdo que me imaginaba una ciudad de aire caliente donde las moscas no andaban por las paredes sino por el suelo, donde los niños jugaban con carrozas y caballitos de oro en miniatura y […]” (196); “La calma con centrada de la hora me revive esos miedos que tenían el mismo color de la bruma”. (238); “casi alcanzo a evocar las sensaciones que tuve cierta noche en que al conjuro de una palabras que servían para anudar o desligar al viento se fueron oscuramente perfilando en mi conciencia […]” (94); y así un montón de ejemplos que las plasman y relacionan en consonancia con la memoria. Para terminar, una frase de M. Augé que sintetiza la importancia del olvido y, por tanto, de la memoria en el tiempo:
El olvido nos devuelve al presente, aunque se conjugue en todos los tiempos: en futuro, para vivir el inicio; en presente, para vivir el instante; en pasado, para vivir el retorno; en todos los casos, para no repetirlo. Es necesario olvidar para estar presente, olvidar para no morir, olvidar para permanecer siempre fieles. (104)