Para terminar, un elemento necesario es el
carácter religioso que le da a la misma autobiografía en cuanto a la
composición del tiempo. Según Crespo, el mundo del origen en el génesis se da
al comienzo del atardecer, va de la tarde a la mañana. Tarde y mañana el primer
día, y así sucesivamente los otros seis días, no venimos de la noche porque
siendo así vendríamos de las tinieblas, y esto lo podemos corroborar en la
Biblia, en el libro de Génesis, capitulo 1, versículos del 1- 31. El atardecer,
por tanto, tiene elementos de significado espiritual, hay simbología religiosa:
y hubo tarde y mañana, la creación comienza en el atardecer; el hombre empieza
en el atardecer y no en tinieblas. Por esta razón, Crespo durante el atardecer
y las horas del crepúsculo, consigue la tenuidad deseada y tiene más conciencia
de su ser autentico, de ahí, que su autobiografía empiece en un atardecer y
termine cuando el día está terminando, porque para él todos los momentos más
bellos están con la luz: “Recuerdo que en ese tiempo imaginaba que todas las
cosas que importaban ocurrían en los atardeceres” (p.67).
CRESPO, José Manuel. (1987). Largo ha sido este día. Bogotá: Plaza y Janés.