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Viaje al mundo literario narrativo y poético de este escritor a través de toda su obra.



miércoles, 25 de septiembre de 2013

EL TIEMPO X




     Los fenómenos de orden y frecuencia estudiados con Genette (1989), se ven pronunciados en la autobiografía de Crespo, sobre todo con el predominio del iterativo; las variaciones del tiempo son a veces producto de la vida, a veces de la memoria, o del tiempo. Como se notará el tiempo es tema favorito de Crespo y representan las palabras e ideas que siente.
     El tiempo está ligado a la memoria y, Ricoeur (1992) reflexiona sobre el concepto de la existencia puntual del presente que se encuentra en continua huida, de manera que en el caso límite el presente no tendría existencia propia, ya que de un día para otro ese presente histórico se puede convertir en pasado. “Pasado es un adjetivo sustantivado: se trata del carácter pasado de un hecho determinado” (p.72). Atendiendo al lenguaje, este autor subraya otros dos notables modos de expresión que no dependen del dominio del sustantivo; en primer lugar, los adverbios de tiempo como: entonces, antiguamente, antaño, anteriormente, después, antes, etc., los cuales ponen de relieve la distancia y los grados de profundidad del tiempo –de ahí, que distinga la memoria como la guardiana de la distancia temporal- y, las relaciones de anterioridad o posterioridad que regulan la sucesión y, por tanto, el escalonamiento de las distancias y de los grados de profundidad temporal. Para Bruss (1991) “Algunos grupos de adverbios de tiempo –tales como mañana, hoy, y ayer, o ahora y entonces- se organizan alrededor de puntos de orientación contextuales, y son así similares al tiempo verbal y a los adverbios de lugar en su funcionamiento” (p.73). En la autobiografía de Crespo, la recurrencia en el uso de estos adverbios es frecuente y serían muchos los ejemplos en citas textuales que encontraríamos:

Ahora todo lo cercano se aleja. Incluso me parece sentir que las palabras antes eran más entrañables para nombrar las cosas, evocar los espectros y mantener los sueños en una misteriosa cercanía. Cada palabra (colibrí, digamos) parecía tener una memoria que consagraba el mundo, vivía, nos daba el gozo de la sombra de los arbustos familiares al tiempo que se sentía venir de lo más hondo de aquellos reinos. (Crespo, 1987:86)


Bruss, E. (1991). “Actos literarios”. Suplementos Anthropos 29, 62-78.
Crespo, J. (1987). Largo ha sido este día. Bogotá: Plaza y Janés.
Genette, G. (1989). Figuras III. Barcelona: Lumen.
Ricoeur, P. (1999). La lectura del tiempo pasado: Memoria y Olvido. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.