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Viaje al mundo literario narrativo y poético de este escritor a través de toda su obra.



sábado, 17 de diciembre de 2011

MEMORIA Y OLVIDO III

 El olvido en la reconstrucción autobiográfica se presenta como un silencio que permite abrir interrogantes, realizar saltos cronológicos, sugerir diversas interpretaciones en el lector. La memoria es el centro medular de la autobiografía por lo cual ésta también se surtirá del olvido. El olvido funciona, en algunas ocasiones, como impedimento para que la narración autobiográfica sea exacta, pues algunos recuerdos se ampararan en las deformaciones del olvido debido al paso del tiempo. “La memoria, selectivamente olvida informaciones para poder recuperar la información más significativa” (Puertas, 2004:154). Gracias al olvido la memoria se concentra en hechos sustanciales y se organiza, de ahí, que estos lapsus sean activadores de la narración para acceder a una nueva dimensión del tiempo. “No es la memoria la que conserva, sino el olvido. El olvido es la condición lógica de la memoria y su rememoración” (Rosa, 1990:62). P. Ricoeur, asevera algo similar, pues plantea que no debemos ver al olvido como enemigo de la memoria y considera dos niveles de profundidad: cuando se refiere a la memoria como inscripción, retención, o conservación del recuerdo (nivel más profundo) o cuando se refiere a la memoria como función de la evocación o de la rememoración (nivel manifiesto) (1999:53). En el primero, el olvido no se limita a impedir la evocación de los recuerdos, sino que busca borrar la huella de lo que hemos aprendido o vivido; en el segundo pasamos a la memoria que “evoca”, al recuerdo que “vuelve” a hacerse presente. En su autobiografía Crespo expone su pensar sobre lo que es el olvido, aunque con su lenguaje y particular forma de escribir: “Eran las horas en que se decía que hay tristeza y que hay pena cuando uno va entrando en la memoria. Pero esa tristeza y esa pena no vienen, quien lo diría, de la memoria que renace sino del olvido que todavía se resiste. (193). La misma palabra olvido esta citada en toda su autobiografía cincuenta y siete veces y refuerza la importancia que Crespo le da al uso de su memoria. Mezcla la palabra olvido en párrafos que crea con un lenguaje muy propio, como el que vemos en la siguiente cita:

Uno mira la vida y ve ese río fluyendo desde los génesis oscuros y presiente que el agua soñadora puede calmar la sed con que nacimos pero que no hay sed en el mundo que pueda contener a ese río. Debemos alegrarnos y dar gracias por el sorbito fresco que bebemos sin sentir amargura por la corriente que se aleja. El sorbo que bebemos es la dicha pero el río que dejamos correr es la esperanza. Y en esta hora mi sombra tiene que hacer lo mismo que el gorrioncito ciego: pararse en el sombrero del espantapájaros y dar dos o tres silbos para que los recuerdos vean que el demonio con lepra en los ropajes (es decir el olvido) no es más que un palo con harapos y las horas perdidas se vayan acercando y reaparezcan los fantasmas. (194)

*PUERTAS M., Francisco E. (2004). Aproximación semiótica a los rasgos generales de la escritura autobiográfica. La Rioja: Universidad de la Rioja.
*ROSA, Nicolás. (1990). El arte del olvido (sobre la autobiografía). Buenos Aires: Punto Sur.
*RICOEUR, Paúl. (1999). La lectura del tiempo pasado: Memoria y Olvido. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.

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