Según Genette, hay cuatro formas fundamentales del movimiento narrativo:
1. La elipsis, que es un salto temporal, y
las hay implícitas “aquellas cuya propia presencia no aparece declarada en el
texto y que el lector sólo puede inferir de alguna laguna cronológica o
soluciones de continuidad narrativa” (1989:162), explicitas (funcionan mediante la
indicación del lapso del tiempo que eliden, lo que las asimila a sumarios muy
rápidos) e hipotéticas (la forma más implícita de la elipsis, revelada a posteriori por una analepsis). Un
ejemplo de este movimiento narrativo en la autobiografía de Crespo sería: “Veinte
y más años pasan. Pero en ese largo después en que se fueron diluyendo con la
misma y lenta irrealidad de un sueño de atardecer mi bosque de silencios y de
tonos profundos […]” (1987:16).
2. La pausa descriptiva, que son
descripciones que detienen la historia: “Me llevaré mi alma (ese soplo de
sombras, ese humo, ese ángel angustiado que agoniza dentro de esa raída
vestimenta de carne)” (1987:242).
3. La escena, que es la isocronía
convencional, generalmente en forma de dialogo y puede llevar pausas,
anacronías, etc.: “-¿Con quién hablas, Marina? -Le hablo a mi carne, niño”
(16).
4. El summary
o relato sumario, que es en general el tránsito de una escena (con fuerza
dramática) a otra: “En mi sísmica vida he comprobado que la historia es una
lucha entre el que pega primero y el que se ríe de último porque hasta el
viento sabe que en juego largo hay desquite.” (172).
De los cuatro movimientos el menos
desarrollado por Crespo es la escena y los otros tres se dan en relativa
igualdad.
Crespo, José M. (1987). Largo ha sido este día. Bogotá: Plaza y Janés.
Genette,
G. (1989). Figuras III.
Barcelona: Lumen.
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