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Viaje al mundo literario narrativo y poético de este escritor a través de toda su obra.



jueves, 11 de julio de 2013

MEMORIA COLECTIVA I

     Con relación a la memoria colectiva, P. Ricoeur expone que el hecho más importante consiste en que uno no recuerda solo, sino con la ayuda de los recuerdos de otro. Retoma a Maurice Halbwachs quien dice que cada memoria individual está involucrada en un punto de vista de la memoria colectiva sin que eso implique que por la existencia de un sujeto de la memoria colectiva se anule el carácter propio de los recuerdos. Por lo que concluye que: “la memoria colectiva sólo consiste en el conjunto de las huellas dejadas por los acontecimientos que han afectado al curso de la historia de los grupos implicados que tienen la capacidad de poner en escena esos recuerdos comunes con motivo de las fiestas, los ritos y las celebraciones públicas” (Ricoeur, 1999:19). Un sujeto que posee una serie de recuerdos puede aplicar analógicamente el carácter propio de estos a la idea de una posesión de los recuerdos colectivos. Pero cuestiona, entonces, nuestra relación con el relato, pues dice que nos cuentan historias antes de que seamos capaces de apropiarnos de la capacidad de contar, por lo cual habría que replantear la primacía de la memoria individual sobre la colectiva debido a la relación existente entre la memoria y la conciencia. Sobre este aspecto, P. Ricoeur introduce algunas de las ideas desarrolladas por Reinhart Koselleck con respecto a las nociones de “conciencia histórica” y “tiempo histórico”. R. Koselleck, hace referencia al “espacio de experiencia” y al “horizonte de espera”, en donde el espacio de experiencia consiste en “el conjunto de herencias del pasado cuyas huellas sedimentadas constituyen en cierto modo el suelo en el que descansan los deseos, los miedos, las previsiones, los proyectos y, en resumen, todas las anticipaciones que nos proyectan hacia el futuro” y el horizonte de espera, todo lo que se espera. (Ricoeur, 22). De ahí, que sólo hay “espacio de experiencia” cuando éste se opone a un “horizonte de espera”, pues recíprocamente éste es irreductible a aquél. La dinámica que ambos generan asegura la dinámica de la conciencia histórica ya que su intercambio se lleva a cabo en el presente vivo de una cultura.

RICOEUR, Paúl. (1999). La lectura del tiempo pasado: Memoria y Olvido. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.

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