Por lo general, Crespo se enfoca en: 1)
contar n veces lo que ha ocurrido una
vez y, 2) contar una sola vez lo que ha sucedido n veces y es el caso 2 a lo que Genette llama relato iterativo
que en este caso “una sola emisión narrativa asume varios casos juntos del
mismo acontecimiento” (1989:175), un ejemplo de ello es:
Pronto será de noche. Algo
del color de la brisa pasa como la campanada de una campana oscura y astillas
de oro caen desde los ojos de las hojas ciegas y desde los murmullos de las
olas del aire. Del otro lado del mundo llega el rumor de una cascada. Alguien
que junto al fuego talla barquitos de madera blanca remueve de cuando en cuando
las cenizas mientras afuera, en la luz muerta, en la negrura de la playa, los
pájaros marinos picotean los ojos de un jurel en un rito que deja la arena
ensangrentada. Pronto será de noche. Y a todos van a preguntarnos por el
amor […]. (Crespo, 1987:242)
Relatos iterativos que se aproximan
bastante al de la descripción:
Es
casi noche.
Es la hora en que los duendes abren su botella de humo, las orillas comienzan a
correr con el río y un hechizo de sombra y pena negra nos cubre de ceniza las
olas para que no miremos las visiones del viento que ha de esparcir el polvo
que seremos cuando todos nuestros sueños, anhelos y esperanzas sean como si
nunca hubieran sido. Es ese mismo viento seco y casi siempre enemigo que en los
ocasos amarillos requemaba las rosas y las hojas tardías de los veranos pero
que a veces, cuando estaba en vena, dejaba su hambre de guerra y sus caprichos
de rey loco, me revelaba enigmas y me daba la vida. Es casi noche, en
una playa ocre alguien pinta holoturias oyendo una campana sumergida y pájaros
feroces por el vaho neblinoso del rebaño de olas. Tienes un pie en la luna;
ponlos ambos y salta, me decía Marina en esas madrugadas en que allá en el
fondo del aljibe buscaba el rostro de la mujer amarga. Es casi noche y
hasta parece irreal que alguna vez fui un niño entre los mirtos. (p. 244)
En todo relato iterativo hay distintos
rasgos, uno de ellos es el de la determinación,
en donde hay una recurrencia que en la práctica puede considerarse ilimitada
(Genette, 1989:186), hay una repetición por ejemplo en torno a lo sucedido en
determinados tiempos del día, con evocaciones que recurren en los
acontecimientos: “Años más tarde, cuando un profesor […]” (Crespo, 1987:156), “Años
más tarde, cuando echado en un catre […]” (187). Otro rasgo es el de especificación, uno de los más usados
por Crespo, que puede ser indefinido y por lo general está marcado por un
adverbio del tipo de: a veces, ciertos días, a menudo, todos los días, etc.,
ejemplo de éste podrían ser: “ciertos atardeceres en que le daba por
[…]” (161), “Ciertos atardeceres las casas parecían construidas de […]”
(46), “ciertos atardeceres fuertes en que […]” (41), “ciertos
atardeceres, al regusto de un anisao […]” (22), “ciertos atardeceres
densos de […]” (93), “ciertos atardeceres se cubrían de fantasmas y
cenizas […]” (232); “Ciertas noches la casa era […]” (120), “Ciertas
noches el patio […]” (151), “ciertas noches en que […]” (57), “Ciertas
noches, en cambio […]” (186), “ciertas noches iban dejando […]”
(132), “y ciertas noches en que la luna […]” (220), “Ciertas noches las
brisas nos traían […]” (136). El último rasgo es el de extensión, el cual es de duración tan corta que no da pie a
expansión narrativa alguna, es puntual: “eran las cuatro de la madrugada de aquel
martes diecisiete de octubre […]” (82), “Este minuto me recuerda una noche ya
perdida […]” (86), “A las seis de la tarde se sentían repicar unas campanas”
(75). Estos rasgos conjugan una serie de variantes de orden iterativo que por
lo general se conjugan sobre todo de las determinaciones y especificaciones ya
que pueden actuar juntos en el mismo segmento narrativo.
CRESPO, José Manuel. (1987). Largo ha sido este día. Bogotá: Plaza y Janés.
GENETTE,
G. (1989). Figuras III.
Barcelona: Lumen.
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